El mes de abril reúne en la cartelera del teatro madrileño dos montajes indios al más puro estilo de Bollywood: India… un viaje musical y Bollywoodland.
Bollywood ha iniciado una carrera contrarreloj para lograr alcanzar el estrellato. En cuestión de meses, y gracias al triunfo de Slumdog Millionaire, que se alzó con ochos estatuillas doradas de la Academia de Cine Estadounidense el pasado mes de febrero, Bollywood se ha convertido en la sensación del momento. Las firmas de cosmética se inspiran en las actrices de la factoría india para desarrollar sus nuevas colecciones de maquillaje, y la todopoderosa muñeca Barbie se fija en Katrina Kaif, actriz de Bollywood, para dar rostro a una nueva muñeca.
Por tan sólo un instante, parece que todo el universo girase en torno al cine indio. Y Madrid, siempre ciudad puntera en lo que a nuevas corrientes se refiere, no escatima en gastos ni esfuerzos para tener en cartelera producciones indias de calidad.
Bollywood es la otra cara de una India desconocida y sumida en la pobreza. Sus películas, generalmente, de más de dos horas de duración, fusionan la música y la danza típica de su país con los ritmos y coreografías del pop occidental. Las coreografías son muy coloridas y multitudinarias y a las bandas sonoras suelen darle voz conocidos artistas, que lanzan al mercado sus canciones meses antes de la difusión del filme, como forma de promoción.
La temática en estos filmes suele permanecer constante: en un país con más de mil millones de habitantes no sólo hay enormes desigualdades, sino también esperanza, alegría y mucho amor. Y este tipo de historias es el que ha permitido crear un vínculo de unión entre indios que viven a miles de kilómetros de distancia y hablan distintas lenguas. Esta es, grosso modo, la marca nacional que se ha exportado desde el país asiático y que está siendo tan aceptada en el mercado occidental.
A Bollywoodland lo avala su director artístico, Martin Arnaud, cuya experiencia en la creación de espectáculos pasa por la Copa Mundial de la FIFA 1998, los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, el Foro de las Culturas de Monterrey 2007 y las ceremonias de inauguración y clausura de la Eurocopa 2008.
En esta ocasión, ha traído al Teatro Compac de Gran Vía una historia de amor imposible, pero infinita –al más puro estilo shakesperiano- entre Maya y Surya. “Mi intención es atrapar al público por medio de algo que nunca se ha hecho, como es trasladar la magia del cine indio a la escena”, explica Arnaud. En su trama, dos jóvenes tienen que luchar contra la rígida estructura ortodoxa de su país para poder amarse en libertad.
La historia goza de su excepcionalidad gracias a la vanguardista puesta en escena de un gran equipo de profesionales. Este proyecto, producido por Mamut Events, Les Petits Français y Smedia, ha reunido a actores indios y británicos. “La escuela de baile de Bollywood de Londres es tan prestigiosa como las de Delhi y Bombay”, explica Arnaud, y como los artistas se comunican o bien en hindi o bien en inglés, se subtitulan los diálogos para que todo el público entienda.
Sin embargo, la conexión entre el público español y la historia que ahí se cuenta la logra el narrador, David Pinilla, conocido por series como "Hospital Central" o "Sin tetas no hay paraíso". Para David, su función en la obra es complementaria, ya que el baile va más allá del mero ejercicio para instituirse en el propio arte dramático: “cada gesto sirve para contar algo de una historia”, explica, “el baile y la música forman parte clave del hilo narrativo del espectáculo”.
Las raíces de la doctrina de Bollywood se encuentran en el Natyasastra, el texto más antiguo que se conoce sobre dramaturgia. En este tratado sánscrito se define el drama como continente de la palabra, el mimo, la danza y la música. Incluso, da las claves para establecer los principios que hoy marcan la técnica y la estética kitsch que caracterizan a este género cinematográfico.
Así pues, la motivación no fue distinta para los hermanos Suresh y Sunny Singh, artífices de India… un viaje musical, representado en el Teatro Príncipe Gran Vía: “nuestra intención no es sólo acercar Bollywood al público español, sino también mostrarle la complejidad de la cultura india. Por ello, decidieron dividir la obra en dos partes: la primera como revelación de la música y la danza tradicional de cada región, y la segunda dedicada exclusivamente al concepto Bollywood.
“La idea –explican los hermanos- es cambiar el argumento típico de las películas producidas en nuestro país”. Es decir, no sólo quieren contar una historia de amor, sino ofrecer al espectador un “viaje intercultural”, por medio de una joven española que busca en India sus orígenes paternos.
Que el público conecte con el montaje es primordial para Suresh y Sunny: “queríamos hacer algo que también sirviera de puente entre nuestra cultura y la del país que nos acoge, de ahí que contáramos con bailarines españoles e indios nacidos en España”.
Definitivamente, los españoles también nos hemos subido a la ola. El colorido, la música y las historias de amor han dado lugar a una catarsis mundial. ¿Tendrá Bollywood la clave para unir con su encanto a civilizaciones sometidas a tantos desencuentros?